Los niños difieren en su crecimiento y en su desarrollo durante la infancia. Al igual que los adultos, algunos niños son más altos y otros son más bajos. Generalmente, las niñas alcanzan la pubertad antes que los niños, aunque hay algunas niñas que pueden tardar un poco más que sus compañeras de la misma edad en el desarrollo de los senos y en que les venga la menstruación. Todo esto es normal.
Intente evitar comparar el crecimiento entre hermanos o entre otros niños. Por ejemplo, si se presta demasiada atención a la estatura, es posible que solo consiga que sus hijos se acomplejen por no ser más altos. Anime a su hijo a aceptar su propio ritmo de crecimiento y desarrollo. Explíquele que algunos niños crecen y se desarrollan a un ritmo más lento que los demás y que quienes se desarrollan más tarde suelen alcanzar rápidamente a su compañeros de edad.
Es posible que los niños tengan preguntas sobre el crecimiento, desde por qué se les caen los dientes hasta temas más embarazosos, como el desarrollo de los senos o el sudor. Conteste a sus preguntas con sinceridad e incluso inicie conversaciones sobre el crecimiento para ayudar a su hijo a entender los muchos cambios que está teniendo que afrontar. Esto lo ayudará a aceptar esos cambios positivamente.
Si usted se siente incómodo al hablar sobre estos temas o si los evita por completo, su hijo podría interpretar que hay algo malo o embarazoso en los cambios que está atravesando, y podría evitar hablar con usted sobre ellos.
Los niños de baja estatura suelen ser objeto de burlas por parte de sus compañeros y es posible que necesiten ayuda cuando se metan con ellos. Si ese es el caso de su hijo, usted lo puede ayudar alimentando su autoestima. Por ejemplo, puede ser difícil para un niño de baja estatura formar parte de un equipo de fútbol americano. Pero centrarse en otras alternativas, como el fútbol, o el tenis, puede hacer que se sienta mejor consigo mismo y con lo que puede hacer. Trate de entender los sentimientos de su hijo y mantenga siempre abiertas las líneas de comunicación.
Otra forma de levantar el ánimo de su hijo consiste en motivarlo a participar en actividades que no se centren en la estatura ni en el peso. Las habilidades especiales y las cualidades individuales de su hijo, como, por ejemplo, su aptitud para la música o su amor por la literatura, son cosas de las que enorgullecerse.